aminar por las calles de Santa Ana y mucho más cerca de su templo, es respirar historia, heroísmo y un amor patrio que traquetea en el pecho cerca del brazo izquierdo. Por esos sitios andaba el periodista y cuando observó de cerca la iglesia del mencionado lugar, con su poca imaginación, corrió por el sendero del tiempo pasado y se ubicó en el lugar el 6 de mayo de 1816 y ahí observó la algarabía de aquellos hechos que iban a suceder dentro de poco en las instalaciones del templo.
Los presentes respiraban inquietud y esperanza, y al mismo tiempo admiración por un hombre que venía de Haití, tras luchar y ganar la batalla de Los Frailes el pasado 2 de mayo y ya al siguiente día estaba en Juangriego, donde fue recibido por los lugareños con aplausos y vivas, a lo cual El Libertador Simón Bolívar agradeció. Precisamente a éste personaje andaba buscando el periodista para entrevistarlo y cuando lo observó, la emoción le hizo vibrar sus fibras libertarias, y a pesar de que era hombre de baja estatura y de bajo peso, emanaba un magnetismo propio de los grandes líderes.
El caraqueño ilustre caminaba rápido dentro de la multitud, sin embargo fue abordado por el periodista y éste le preguntó:
¿Por qué vino a Margarita a fundar la III República?
Por sugerencia del General Juan Bautista Arismendi, quien nos garantizó que esta parte de la isla está totalmente liberada del yugo español y eso nos garantizaba seguridad para los que veníamos tanto de afuera como de adentro.
¿Qué persigue con la fundación de la III República?
Libertar a Venezuela, en vista de que la I y II República fracasaron como trinchera para acabar con el dominio del imperio español.
¿Es decir que hoy en Santa Ana, se tomará una acción decisiva?
Exactamente, desde aquí, desde Santa Ana libertaremos a Venezuela. Este es el primer impulso para las largas luchas y batallas que tenemos por delante. No vamos a desmayar hasta convertir a esta tierra libre y soberana.
El Libertador apuró su paso, la algarabía de gente lo arropó y Juan Bautista Arismendi, como encargado de su custodia, como pudo lo introdujo al templo, donde un rato después, con un grupo de notables, se designó al Libertador Simón Bolívar como Jefe Supremo de la República y de sus Ejércitos y al General Santiago Mariño como su Segundo; quedando esa fecha del 6 de mayo de 1816, registrada como huella indeleble en el libro heroico de la historia Patria.
El periodista sacudió su cabeza volvió al presente y meditó: “En verdad que esta fecha debe ser decretada como fiesta nacional y día no laborable en toda la República Bolivariana de Venezuela”.
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