Sin
duda alguna que Margarita,
la otrora Isla de las Perlas, es una tierra radiante de sol
y de mar, de historia, leyendas y tradiciones y, al mismo tiempo,
es una tierra prodigiosa porque en ella se agiganta la fe de
sus pobladores y visitantes ante la sagrada, milagrosa e imponente
majestad de nuestra venerada Virgen del Valle que es la imagen
más antigua de las devotas imágenes de nuestra señora recordada
en el territorio venezolano.
Sobre
su presencia en la isla de Margarita muchos escritores e
historiadores afirman que aún se desconoce la fecha exacta en que
la Patrona del Oriente y de la Armada Venezolana arribó a la isla
de Margarita. Algunos estudiosos aseguran que la Virgen del Valle
llegó a Cubagua, antigua Nueva Cádiz en 1518, procedente de algún
pueblo de Andalucía. Otros aseguran que su arribo no ha sido
definido, tampoco su traslado a la isla de Margarita, pero presumen
que debió ser a más tardar en 1542, luego que el ciclón del 25 de
diciembre de 1541 devastara a esa ciudad.
Lo
cierto es que desde que se conoce su existencia en el Oriente del
país son muchísimos los mortales que han recibido el don de su
gracia y su protección.
No
hay un ser humano en Margarita y en el Oriente del país que no le
implore a ésta imagen que se cobija en la Basílica Menor Nuestra
Señora del Valle y donde acuden sus creyentes todo el año y sobre
todo, durante el mes de septiembre, con motivo de sus fiestas
patronales que con mucha fe entusiasmo y alegría se celebran desde
el 1ro. al 15 de septiembre, donde se citan pescadores, marinos y
miles de devotos para rendirle tributo por los favores recibidos.
No
cabe duda que nuestros visitantes antes de disfrutar de las bondades
que les ofrece Margarita, prefieren y les nace del corazón
trasladarse a la pintoresca población de El Valle del Espíritu
Santo para implorarle a su santa patrona el bienestar para
familiares y amigos y para que les permita disfrutar de unas
merecidas y felices vacaciones en esta tierra de gracia sin ningún
tipo de contratiempo sino todo lo contrario, unos momentos muy
agradables llenos de sol y de mar, de visitas a sitios históricos,
culturales, religiosos y turísticos que les permita empaparse de la
heroica historia de esta tierra legendaria que siempre se ha hecho a
sabor de sangrientas batallas, de historia, de música y poemas a
través de hombres que con su valor y tesón la han convertido ante
la mirada de propios y extraños como la tierra prodigiosa del
turismo del Caribe mar.
Historias
de la Virgen del Valle
En
los tiempos en que los isleños no tenían ni el turismo ni el puerto libre, había
un capitán, que se arriesgaba con su tripulación y un viejo barquichuelo tres
puños, buscando la entrada al Delta por las peligrosas bocas, donde esperan las
rocas vigilantes de un peñón llamado El Soldado, para guiarse hacia otro
islote de rocas y penetrar al Orinoco por el ancho Macarao.
Grandes
navegantes de ancestros guaiqueríes eran estos hombres, que no sólo se
aventuraban a cruzar la Hoya del Atlántico en pequeñas embarcaciones a vela,
enfrentándose con cardúmenes de atunes y ballenas, sino que remontaban
peligrosas corrientes continentales llegando con sus peñeros a lugares de selva
y caimanes, haciendo amistad y comercio con sus feroces habitantes.
Venían
principalmente a buscar el famoso maíz deltano, que durante años hizo
industrias y su semilla fue exitosamente cosechada, estableciéndose un
importante comercio fluvial de ese fruto que dio origen y sostuvo a la raza
americana.
Vendían
también el guatapanare, cuya tinta indeleble, era muy solicitada para la
escritura, el papelón, el chaco, el cautaro, como alabastro, el aceite de coco,
y el célebre aguardiente que producían los alambiques de las faldas del
Matasiete.
Un
día, los sorprendió una tempestad que botó los barriles y se los llevó a
alta mar, después de tres días sin comer ni beber, y ya con la mar más en
calma, sacó un marinero un balde y lo tiró al agua invocando a la Virgen del
Valle, su Salvadora, y dicen que lo sacó rebosante de agua dulce, de una
corriente que pasaba milagrosamente por el medio del mar.
Esa
misma gente, se hizo famosa y próspera, porque hicieron numerosos viajes,
siendo muy respetados en sus negocios, porque comprometieron muchas veces el
pago de sus viajes, que nunca dejaron de cumplir, con el único fiador de una
promesa o juramento hechos en nombre de su venerada Virgen del Valle.
Himno
a la Virgen del Valle
Letra
de José Sixto Cedeño y música de Cruz M. Fermín
Coro
Prez
y gloria a la Virgen Sagrada
que
de El Valle do reina el dolor
a
la excelsa y divina morada
surgió
en alas de célico amor.
Estrofas
De
terribles martirios emblema
circundada
de célica luz
en
su áurea y hermosa diadema
brilla
enhiesta y serene la cruz.
La
ama el nauta que el mar atraviesa
y
el labriego en su pobre heredad,
los
que luchan con brava entereza,
los
que sufren con blanda humildad.
El
fulgor de su lumbre destella
a
través de las nubes y el viento
ora
véspero o alba, es la estrella
mas
radiante del vasto elemento.
Es
el huérfano triste, clemencia;
del
dolor del proscrito, templanza;
es
del niño, la blanca inocencia;
del
anciano, la dulce esperanza.
Y
del ser infeliz del presito
extrañado
de humano consuelo,
es
el faro inocente y bendito
que
lo enrumba camino del cielo.
Caridad
es tu nombre más bello,
fe
circunda tu trono de luz,
la
esperanza te da en un destello
el
amor divinal de Jesús.
|